sábado, 17 de diciembre de 2011

Conversaciones con Bastenier...

Cuando soñaba con entrar al máster de El País, uno de mis alicientes era Miguel Ángel Bastenier, autor del libro El Blanco Móvil (poco conocido en España, pero de cierto renombre en Latinoamérica).

El "maestro" como lo llama mi amigo Abrahám era como un ídolo que nos enseñaría a escribir como los grandes. Y lo es. Pero también es un PERSONAJE folklórico en toda regla. Y aunque es un defensor acérrimo del castellano (de España y de la RAE) también es cierto que huye de la tecnología como el diablo a la cruz (lo cual es una ironía porque no podría ser más ateo).

Estos son fragmentos de conversaciones y anécdotas con él en estos días del proyecto final del máster:

Capítulo I

Entra Bastenier a la redacción del periódico digital y pregunta: ¿Ustedes son del papel?
- No, de digital.
- Entonces no es conmigo, no me interesa, adiós!
- Pero Digital es el futuro

- No me cabe ninguna duda, pero yo soy el pasado".


Capítulo II

Bastenier continúa su recorrido por la escuela y entra a la otra sala de redacción:
‎-Ustedes son de papel?
- Sí. 
- Todos? 
-Sí. 
-Ah! Qué alegría, territorio amigo!

Capítulo III

Varios días después, una mañana cualquiera, Bastenier acude a "su grupo"
‎-Tienen algún texto que enseñarme?
-... (silencio en la sala) 
- Que conste que yo estoy aquí porque quiere Belén que esté aquí, yo no soy tan buena persona de preocuparme por sus textos. Ella quiere que yo esté aquí y yo quiero que ella esté contenta.
-... !!!!


Al rato regresa buscando su tabaco. Bastenier es un fumador empedernido y no resiste mas de una hora sin fumar.  Busca y busca y al final se rinde. Al otro día el misterio se desvela: "Estaba en el baño de la tercera planta. Es que me fumé un pitillo repanchingado en el váter", confiesa.

martes, 6 de diciembre de 2011

Frase histriónica anterior


"Quien mucho pincha, pincha mierda" by my sis Niyra

¿Tanto cuesta decir hola?

Hace unos días un compañero de trabajo me hizo notar lo poco que saluda la gente al entrar en la oficina. En este mundo lleno de prisas no nos molestamos ni en decir un simple hola o buenos días a la persona a la que pedimos ayuda. Al parecer no tenemos tiempo para ser corteses (ni educados, si al caso vamos).

La pregunta es: Será porque es una oficina de atención al cliente (y la gente entiende que vivimos para servirle [aunque su petición no tenga nada que ver]), porque no les da la gana, o porque simplemente van tan distraídos, tan concentrados en algo más que se les olvida ser educados.

En fin, que he hecho la prueba y durante varios días no he saludado directamente a los 'clientes' (en vez de decir, "Hola, buenos días", les digo, "sí, diganme") y he observado que muy pocos dicen buenos días, o hola. Generalmente van directo al grano. Hay algunos que simplemente dicen el nombre de la calle o el metro donde quieren ir (y si, me han dado ganas de decirles, buenos días a usted también, maleducado).

Curiosamente los turistas y los ancianos son los más educados. Mi cinismo me dice que los turistas saludan más porque desconocen la ciudad y tienden a ser amables porque necesitan ganarse el favor de a quien piden ayuda. O quizás sea porque, al igual que los abuelos, llevan menos prisas y están más pendientes a las normas de cortesías.

No lo se pero creo que una de las razones por la que este trabajo te quema tan rápido es por la forma en como te trata la gente. Es horrible en lo que nos estamos convirtiendo en aras de la modernidad y el progreso. Y si tanto les cuesta saludar, imagínense todo lo demás. Creo que tengo historias para contar un libro...