sábado, 25 de octubre de 2008

Buenos Samaritanos

Es la segunda vez que me pasa. Aunque esta vez fue mejor. El 14 de enero del 2007 me robaron los documentos en el rastro de El Pozo. Estaban en un porta abono y a pesar de que llevaba las tarjetas de debito, éstas no tenían dinero. Me di cuenta en el momento justo que me sacaron el abono pero no quien pero estaba desesperada. No tenía justo 4 meses en España y ya me habían robado la documentación, cosa que en República Dominicana no me había pasado en 24 años. Pero bueno así es la vida. El caso es que le dije al tendero del puesto lo que había pasado y que si lo encontraba lo reportara porque estaba segura de que no harían nada con él. Y así fue. Ni siquiera se llevaron las tarjetas. Esa misma noche la policía me llamó y me dijo donde buscarla. El señor del puesto lo encontró al acabar las ventas, tirado entre los desperdicios. Tuve suerte y me sentí agradecida por ello.

Pero lo que pasó hace unos días fue diferente. Esta vez lo perdí. Fui a visitar a los chicos a Omel y al salir venía caminando con Patri hasta a una esquina de su casa. Comenzó a llover y yo obviamente andaba sin sombrilla (es una puntería, el día que salgo sin ella, llueve). Patri me acompañó hasta la Dr. Castello con López de Rueda. Le dije que no se preocupara, que me cubría con la chaqueta, porque iba a la piscina M86. El caso es que con las prisas por la lluvia perdí el abono junto a toda mi documentación (tengo la mala [o buena] costumbre de llevarlo todo junto porque así no se me olvida, además de que si me roban el monedero no perderé nada vital.

El caso es que se me cayó en algún punto del trayecto hasta la Dr. Esquerdo, por Sainz de Baranda. Y esta vez estaba más ansiosa. Una de las tarjetas tenía unos 200 euros y en la otra me depositarían el dinero de la nómina de ese mes. Si la bloqueaba tardaría días en retirarlo porque ese banco repone las tarjetas como en una semana y luego manda el pin, etc, etc. Y no tenía tiempo de ir al banco a retirarlo porque iniciaba un nuevo trabajo por la mañana y el horario de banco es hasta las dos, y tenía que pagar el alquiler, etc, etc. En fin, que me estresé bastante, lo suficiente para recorrer el trayecto nuevamente dos veces y luego marcharme a mi casa porque no tenía ánimos para nadar. La suerte era que tenía unos 5 euros sueltos en el monedero porque si no, hubiera tenido que irme andando a casa. Además se me cayó el celular y se le rompió la pantalla.

El caso es que llego a casa desmoralizada y un poco deprimida. Noté con cierta alegría y suerte que la otra tarjeta estaba en casa, como medida para evitar que me dieran ganas de gastar por ahí y como había cancelado la que perdí respiré mas tranquila. Aún así, tendría que ir a la policía cuando saliera del trabajo a reportarlo.

Cual fue mi sorpresa cuando esa noche, llamaron a casa preguntando por mi. Era una pareja de buenos samaritanos, que habían encontrado los documentos y como en el NIE sale mi dirección, y al parecer viven cerca de casa decidieron llevarmelos personalmente en vez de dejarlo en la comisaría (que estaba cerrada a esa hora, por cierto). La verdad es que me sentí hasta tonta dandole las gracias porque sabía que ese tipo de gestos no es algo que se paga con dinero. Además fue un gran detalle que se tomaran el tiempo para ir a casa a devolverlo. No se sus nombres, no quisieron darmelo y en la confusión no lo pregunté. Pero se que tienen un pequeño establecimiento en la calle Sainz de Baranda, un puesto de Tabaco. Así que ya se donde encontrarlos.

Quizás parezca cursi que en este mundo tan superficial y egoísta, donde la mayoría de las personas viven inmersas en el Yo, me sienta feliz de que aparezcan héroes anónimos como ellos, que con pequeños gestos pueden hacer que surja la luz en un momento de oscuridad. Gracias a Dios por personas como ellos!!

No hay comentarios: