miércoles, 1 de octubre de 2008

Omel...

El primer día que entré a Omel, pensé lo mismo que cuando vi Madrid la primera vez: Dios mío, y donde fue que yo he caído.

Casi ni hago la entrevista. Era un miercoles. Recuerdo que la chica que me llamó (que creo que era Ainara) me insistió en que me escapara del trabajo temporal que tenía en ese momento (y que terminaba en una semana) y que fuera, que me convenía. Le hice caso, y luego de un ridículo examen de inglés y una entrevista con un señor que no tenía ni idea de que preguntar (hay que reconocer que Pedro sabrá del mercado electrico y de SIOM, pero de entrevistar a secretarias no), volví a mi trabajo temporal a terminar la semana. Me llamaron dos días después (ya tenía un trabajo concertado) y me dijeron que querían que empezara de una vez. Como tenía otro trabajo en mente, les pedí hasta el martes siguiente. Y como no me decidía por ninguno de los dos trabajos, y en el otro tenía que recibir un entrenamiento por la mañana, esa semana trabajé en los dos. Y casi me quedo con el otro porque en Omel no paraba de sorpresa en sorpresa...


Es que llegué a trabajar fresh new y nadie sabía ni quien yo era ni para donde iba. Tenía que ver a Santos Ortega, pero este estaba comiendo y nadie sabía a que departamento iba a trabajar. Yo pensaba: "Dios mío, empezamos mal, en que manicomio he caído. Tanta urgencia y ni siquiera sabían que comenzaba hoy ni donde". Luego salieron Genma Fuentes y Conchi. Como eran las dos necesitadas, esperaban ansiosamente el veredicto para ver a quien le tocaba "la suerte" de tener a la nueva. Al final dedujimos que como sólo me había entrevistado Pedro, iba a la DSI.


Lo primero que me llamó la atención fue lo abierta de caracter que es Conchi. El primer día me habló con una confianza y con tanta simpatía que obviamente me extrañó (lo sé, no es que sea raro, pero no es muy común que digamos). Practicamente me abrió las puertas de su casa y me trató como si fuera su mejor amiga, me dió todos sus números, consejos sobre el trabajo y tuvo la sensatez de no hablarme de nadie. Me dijo que yo sola tenía que formarme una idea de la gente. Obviamente eso me encendió una alarma. Una que se agravó cuando me presentaron a las secretarias de Presidencia y Rosa me dijo: "A ver cuanto duras en el puesto".



Con el instinto retumbando cual alarma de bombero me reuní con Pedro, Raúl y Juan Carlos, mis tres jefes. Todos muy formales y muy serios aunque Juan Carlos tenía cara de estar haciendo una travesura, Raúl de estar apurado y Pedro de tener que hacer este "requisito" obligado. Y cuando terminaron de hablar (no duramos unos 5 minutos) se me ocurrió decir: "A mi no me gusta tener problemas con nadie ni estar cargando con los problemas de nadie. No me gustan los chismes ni que me enreden en problemas ajenos". Juan Carlos casi se ríe y Pedro y Raúl se miraron al estilo de "Houston, tenemos un problema" pero no le dí importancia. Un par de meses y unas cuantas flechas esquivadas después, entendí que el instinto no me engañó: definitivamente había caído en un manicomio...



Omel es un crisol de la cultura española; un microcosmos. Hay de todo, sencillamente de todo. El problema es que a pesar de ser pocos hay "de todo" en grandes cantidades. No entraré en detalles de los caracteres de todo aquel que trabaja allí pero vamos a dejarlo en que hay una paleta de colores bastante extensa para ser unas 54 personas. Nunca había encontrado tantas personalidades "coloridas y folklóricas" y eso que he trabajado en un periódico, donde se ve DE TODO.

El caso es que después de unas semanas y a pesar de tener que evadir algunos conflictos que heredé comencé a acostumbrarme a la atmósfera. Y a pesar de que hay mucha gente que trabaja en otros departamentos de OMEL a la que estimo y quiero, debo reconocer que me tocó el mejor de los grupos. Algunos dirían que es por ser una chica en un departamento mayoritariamente de hombres, pero yo creo que es la personalidad de éstos los que los hace geniales.


Jose Carlos, por ejemplo, es el tipico gracioso de la oficina; el alma de la fiesta, la alegría de la huerta, siempre con un chiste o una historia graciosa, o una sonrisa. Sin embargo, detrás de esa alegría hay mucha profundidad, unos ojos muy observadores y una mente muy sagaz (que él afirma es su lado "femenino" y que yo llamo perceptivo, el hecho de que las mujeres seamos más sensibles que los hombres no tiene que ver con esto). Y es inquietantemente certero. Parece un alma vieja en un cuerpo jovén, lo que a veces se nota, jajaja. Tiene un problema con la edad, y al parecer la paciencia no es siempre su fuerte, pero es muy real y único.


Alex es el típico "tíguere" de la oficina, pero en el buen sentido(debo explicar que tiguere en este concepto es una persona lista, avispada, que siempre tiene una respuesta y soluciones para todo: problemas, chistes, bromas, situaciones dificiles). Es gracioso, chistoso, simpático, achuchable, cariñoso y a veces simplemente encantador (no por nada es mister Omel), aunque tenga sus salidas de doble sentido y sus chistes un tanto colorados (verde para los españoles, jajaja). Pero es además responsable, un poco estricto de las normas y a veces un cabezota (fiel discipulo de Mr. Navarro), lo que le hace un contraste interesante. Puede ser bastante firme en cuanto a las cosas del trabajo aunque lo dice de un modo relajado y medio en broma, que no te lo tomas a mal. Y al igual que su "mentor" cuando se concentra en algo, dificilmente presta atención a nada más.



Mario es.. buehhno, es Mario. No creo que haya muchas palabras para describirlas. Es inteligente, centrado, divertido y risueño (cuando quiere). Su marca personal es quejarse un poco de todo (y parecer en el proceso un abuelito esperando la jubilación en vez del joven fiestero que debería ser [y que muchas veces es]). Sin embargo, no siempre se queja y de vez en cuando se ve que desborda alegría y energía aunque esté en el trabajo (al parecer el lugar más aburrido del planeta según su percepción). Y otras veces es extrañamente empático y perceptivo, de un modo que te quedas pensando: ¿de donde ha salido ese comentario? Pero bueno, así es Mario. (Debo hacer notar, que despues de escribir esto, Mario se ha vuelto menos quejica y más natural, o será que ya no lo veo tanto? ;-)No se, pero se le nota el cambio para bien)



Y David, bueno, es el informático más ordenado y organizado que he conocido en mi vida. Puede que sea por tener influencia militar? nop, Navarro también la tiene y deja corto a mi padre (y a mi misma) en desorden. Creo que es parte de su personalidad meticulosa, estructural y organizada. Pero es un buen hombre. Dulce, amable, buen padre, curioso como pocos, con cara de no romper un plato (aunque estoy segura que ha roto unos cuantos) y sorpresivamene chistoso. Es paciente y tranquilo (aunque tiene un temperamento por ahí) pero nada aburrido. Aunque no lo parezca, hace lo que quiere y como quiere y aunque muchos lo considerarían soso, tiene una forma particular de ver y vivir la vida que lo hace destacar. Que cómo lo sé? quien más pondría un portapapeles de llavero, solo porque es una abeja? Y apuesto a que lo hizo sin mucho esfuerzo, sin ni siquiera plantearselo.



Pedro es el jefe; que nadie lo dude. Es vasco, lo que al parecer por estos lares justifica su personalidad. Su pelo es rubio rojizo (no pelirrojo pero casi) lo que supongo justifica su temperamento que es muy fuerte según la ocasión. Es inteligente, centrado, un poco estricto, aparentemente tranquilo y a veces un poco ácido. Pero es ingenioso, gracioso y muy chistosito, según la ocasión (como cuando sale con Carlos y Luis Miguel: el trío matamoros). Eso si, no se te ocurra mencionar la edad, porque es algo quisquilloso con el tema. Puede ser amable, justo y muy normalito. Pero en un grupo de personas siempre se nota que es el jefe.



Raúl por otra parte, es "uno de los chicos". Es quizás el más cercano de los jefes (Navarro genera mucho resentimiento para ser tan cercano) y es un hombre sensible, tranquilo, amable, calmado, que maneja las crisis con mas calma de lo que parece. Aunque a veces parece frío distante, no lo es. Generalmente no pierde la compostura (y si la perdiera, no querrías estar cerca) y es muy humano, quizás por eso es quien trabaja más de cara al público. Tiene buen ojo para la fotografía y es muy bueno (mi profesor Ayuso estaría encantado de conocerlo). Mas que tímido es un poco reservado con la gente, pero cuando lo llegas a conocer es divertido, sencillo (aunque sus gustos digan lo contrario) y sociable.



Y Juan Carlos, bueno, es un extraño rompecabezas, jajaja. Debo decir que se ha ganado a pulso lo de las Navarradas. Tiene una personalidad que impone (e incluso intimida a algunos, aunque no mi caso) porque es muy centrado en lo que hace. Es eficiente, perfeccionista y meticuloso. Cuando fija la mente en algo, no la suelta (desearía hacer una analogía, pero si lee esto, me mata, jaja). Cuando no está centrado en el trabajo, lo cual es dificil porque es un workaholic, es muy sociable, divertido, simpático, incluso carismático. Tiene una debilidad por las apuestas sobre café (que paga rigurosamente, aunque sea dificil convencerle de que ha perdido), los chistes colorados (verdes en españa) y las analogías de doble sentido, pero no de modo ofensivo.

Como persona es muy abierto, tiene lo que me mi amiga yina llama "buen caracter" y si no trabajaras con él te caería bien enseguida (no me entiendan mal, cae bien, pero tienes que conocerle un poco para esto). A pesar de que su mala fama como jefe se impone sobre lo demás, todos lo estiman como compañero y amigo, y de hecho conozco por lo menos unas 4 mujeres del entorno OMEL que babean por el (me gustaría decir quienes son pero podría ser asesinada,jejeje,), lo cual no entiendo y no debe decirse porque ya tiene suficiente autoestima. No me entiendan mal, no es arrogante solo un poco exasperante e irritable, lo cual le divierte bastante. Y si, es de quien mas he escrito porque extrañamente, aunque laboralmente es el que menos he tratado, es el que mas conozco y al que quiero como a un hermano bonachón con el que siempre te metes (si digo tío, me mata, jejeje).



Podría pasarme horas escribiendo sobre este grupo; sobre los demás, escribiré luego. Pero ya he tardado bastante en publicar esto y no voy a dar mas rodeos, total no creo que lo lean (a excepción de jose carlos, que luego le dirá a todo el mundo, y todos terminarán leyendolo igual, jeje). Pero debo de reconocer que son un grupo que quiero y extraño mucho. Mis amigas una vez me preguntaron que qué hubiera pasado si me hubiera tocado DLF en vez de la DSI y si hubiera preferido más estar en la DLF. No lo consideré. Ni si quiera lo pensé al responder.

Debo reconocer que después de responder lo analicé porque era el mismo puesto, con una compañera de trabajo más dulce y amigable, con menos presión y menos trabajo (perdón bea, pero no se compara) y quizás todavía tuviera un trabajo fijo en vez de los temporales que hago ahora. Pero mirando atrás y comparando se que mi respuesta fue la acertada: Nop, por nada del mundo, ni por un instante. No cambiaría esos 16 meses en OMEL, en la DSI, con mis amigos, ni por un instante!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Venga, que te pensabas que no te ibamos a cazar ¿eh? Bueno, bueno... que casualidades tiene la vida :)
Eres una persona estupenda. Me ha alegrado este blog que tienes.
Como comprenderás no te voy a decir quien soy, claro :)
Por cierto, Feliz Navidad y que mantengas siempre esa perenne sonrisa. Yo voy a recojer esto, que lo veo un poco decricajao ;).